Lo que voy a relatar me sucedió allá por el año 1986, cuando volaba en un M.D.D. DC-8-62F(1) carguero que operó Líneas Aéreas Paraguayas por un corto tiempo. Recuerdo que era un vuelo de Asunción a Miami e íbamos cuatro tripulantes: el Coronel Genaro Núñez como copiloto, el Suboficial Principal Feliciano Maciel como ingeniero de vuelo, Rolando Gigglberger como comisario de a bordo y yo, como comandante.
El vuelo se estaba desarrollando con toda normalidad y estábamos volando en pleno Caribe, entre Jamaica y Cuba. Alrededor de las tres de la mañana, Núñez, que se estaba fijando en algo fuera de la cabina me dice que mire a mi derecha; Divisé una formación perfecta de diez objetos voladores luminosos que estarían volando a gran velocidad a unos 50.000 pies. Tanto Maciel como Gigglberger también divisaron lo mismo y en la soledad de la madrugada aquella visión nos sobrecogió profundamente.
Poseían una luz azul semiverdosas y parecían ser redondos y estaban dentro de la atmósfera puesto que dejaban una estela de condensación a su paso. El cielo estaba limpio y ellos se dirigían de norte a sur. Bajo ningún punto de vista podían ser consideradas aeronaves, ya que las luces no eran intermitentes y no se parecían a ningún objeto conocido. El avistamiento duró unos tres o cuatro minutos y luego desaparecieron. Reportamos lo sucedido al control de tráfico aéreo de Cuba y ellos nos contestaron que varias aeronaves habían reportado lo mismo aquella madrugada.
Lo anecdótico del caso es que siempre que cuento esta historia, la gente se sonríe, pero a todos les digo lo mismo: Mi tripulación y yo vimos, creemos en lo que vimos y no necesitamos que nos crean...
(*) Ex-Comandante de Aeronave de LAP. Anécdota publicada en el libro “La Historia de Líneas Aéreas Paraguayas” del autor.
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Excelente anécdota para certificar una vez más que no somos los únicos en el universo!!!
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