El jueves 28 de Diciembre de 1995, me preparé para el vuelo Asunción-Santa Cruz-Lima (PZ600) con nuestro Boeing 737-200(1) ZP-CAB de LAPSA. El Comandante del vuelo sería el Cnel. Aurelio Aquino y yo estaba como copiloto. No recuerdo muy bien la cantidad exacta de pasajeros, pero la aeronave estaba con un 50% de asientos ocupados. Despegamos a horario de Asunción con destino a Santa Cruz de la Sierra y el primer tramo del vuelo transcurrió sin inconvenientes.
Luego de la escala en Sta. Cruz, nos dirigimos a Lima. Estábamos volando a 33.000 pies y sobre la zona de La Paz había mal tiempo, que no nos causó muchos inconvenientes, salvo algo de turbulencia. Volábamos IFR y luego de algunos minutos, salimos del banco de nubes con un sol radiante de frente, que nos obnubilaba, por lo que el Comandante Aquino decidió poner unas hojas del periódico en el parabrisas para bloquear la intensa luz solar y seguir volando IFR. Yo hice lo mismo, pero dejé una pequeña abertura. Mientras procedíamos, entró a la cabina el comisario de abordo Rodolfo González, a quien pedimos una taza de café. Estábamos volando con el piloto automático y era hasta entonces otro vuelo rutinario más, sin percatamos de lo que iba a suceder en minutos más.
Mientras tanto, un Boeing 727-100(2) de la compañía boliviana AeroSur descendía de 35.000 pies directamente hacia nosotros en rumbo de colisión, sin que podamos verlo y el control de tránsito aéreo de La Paz no se había percatado del hecho. Ambas aeronaves se encontrarían en un ángulo de 90º a 33.000 pies.
Cuando el comisario González entró nuevamente a la cabina con el café, giré la cabeza para agarrar una taza, pero por algún motivo, volví a mirar la pequeña abertura del parabrisas cuando horrorizado veo a pocos metros delante de nuestro 737, otra aeronave que se nos está cruzando en curso de colisión; Sin mediar palabras, desactivé el piloto automático y giré violentamente la aeronave hacia la izquierda, sobrepasando al 727 por poquísimos metros. La brusca maniobra causó un gran revuelo en la cabina de pasajeros, los cuales fueron informados de que se trataba de una “severa” turbulencia; Los mismos no pudieron darse cuenta que íbamos a colisionar con otra aeronave, aunque después de un tiempo, me encontré en un seminario con el piloto del 727 de AeroSur, que tampoco se había dado cuenta del curso de colisión y que por supuesto no vio venir el 737 de LAPSA. Sólo se enteró cuando una de las azafatas le comentó que varios pasajeros vieron horrorizados como otra aeronave se les venía encima y que desvió bruscamente a último momento.
Ambas aeronaves terminaron sus vuelos normalmente pero la adrenalina que fluyó en aquel momento es inolvidable. Siempre digo que mi larga experiencia como piloto de combate en los Xavantes de la Fuerza Aérea Paraguaya tuvo algo que ver con mi rápida reacción, que me permitió contar esta historia...
(*) Ex-piloto de caza del GAT/FAP. Ex-piloto de LAP y LAPSA. Comandante de Aeronave de TAM-Mercosur. Anécdota publicada en el libro “La Historia de Líneas Aéreas Paraguayas” del autor.
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