El hombre que señaló al ex presidente Andrés Rodríguez en el famoso caso Parque Cué, a casi 20 años de la caída de aquella avioneta que piloteó por orden superior, con 400 kilos de cocaína, hoy cuenta su historia y su visión actual.
Por Lucho Alvarenga y
Roberto Irrazábal
EL EXPERIMENTADO PILOTO AMADO RECALDE, QUIEN TUVO EL VALOR DE DENUNCIAR EN 1994 AL EX PRESIDENTE ANDRÉS RODRÍGUEZ DE ESTAR INVOLUCRADO EN EL TRÁFICO DE COCAÍNA, HOY REVIVE ESOS DUROS MOMENTOS Y SEÑALA CÓMO EL NARCOTRÁFICO SIGUE SIENDO UNA ESTRUCTURA INTOCABLE.
-¿Cómo fue que te hicieron la propuesta para traer cocaína de Bolivia?
-Yo era piloto de LAN, y ahí fue que vino la gente de la Senad a darme esta propuesta, o sea una orden, porque si yo no aceptaba más o menos me sacaban de LAN y yo estaba en pleno apogeo en mi carrera como piloto, que no quise abandonar nunca, y tuve que aceptar. Acepté porque las condiciones eran óptimas para mí, porque no era narcotráfico, era una "entrega vigilada".
-Pero, ¿a vos te dicen desde el principio qué cargamento ibas a tener... cocaína?
-Lógico. Si iba a Bolivia, no iba a traer otra cosa; tuve que aceptar. Fui entrenado, practicamos varias veces cómo tenía que ser la operación, dos a tres meses después de hablar con las autoridades.
-En ese momento, ¿sabías que el ex presidente Andrés Rodríguez estaba involucrado?
-Sí, su piloto estaba en el grupo de gente que vino a hablar conmigo, el coronel Sanabria, él era su piloto oficial, también estaba el general (Marcial) Samaniego y un grupo de gente de la Senad. También estaban agentes de la DEA.
-¿Cuál era la instrucción?
-Primero fui a Santa Cruz, de allí tuve que ir en otra máquina hasta Santa Ana (Bolivia) y de ahí venir directo hasta la frontera con Paraguay, que son unas 5 a 6 horas de vuelo.
-Allí cargan, entonces. ¿Y cuánto trajiste? ¿400 kg?
-¿De cocaína? Ese fue en el último vuelo, hubo otros de 250 y 380 kilos.
-¿Cuántos viajes hiciste?
-Tres. En el último trajimos también dinero a bordo en el avión. Cuando alzaron el dinero, yo pregunté cuánto era. En la prensa dijeron que se hallaron 210 mil dólares, pero eso entra en mi bolsillo y allí había una bolsa grande. Cuando yo pregunté, me dijeron que era casi un millón y medio (de dólares), todo en billetes de 100 dólares, que yo no sé qué pasó de eso.
-¿Y qué pasó al volver?
-Volviendo con el piloto boliviano, de sobrenombre Chino, le digo que no íbamos a aterrizar en Nueva Asunción, y reaccionó brutalmente, me dijo por qué si el plan de vuelo era ahí. Teníamos poco combustible y le convencí de bajar en esa pista.
-¿Qué pasó después?
-Llegamos a Parque Cué y vimos que habían dos troncos, uno en la cabecera y otro en el medio, y me llamó diciendo que no íbamos a aterrizar, e insistiendo me dijo: "Matate vos, acá no podemos aterrizar". Tuve que agarrar el comando, y fue una locura aterrizar en 300 metros con ese cargamento. Él tenía una pistola en la mano y me advirtió que si le traicionaba me iba a matar, pero no tuvimos tiempo, cuando aterricé ya estaba rodeado por los militares con fusileros a la izquierda y derecha, y no tuvimos tiempo de movernos.
-¿Qué les dijeron?
-Nos bajaron del avión a garrotazos. Estaba el capitán (Ubaldo) Sisa, y cuando quise reaccionar, acabé en el suelo. Nos dejaron en anatómico, boca abajo, mientras ellos revisaban la máquina. Vieron que el avión era boliviano, encontraron la bolsa con dólares y ahí cambiaron de proceder.
-¿Qué hiciste vos?
-En el peor momento, cuando vi que iban a liquidarnos, le dije que no era narcotraficante y que estaba cumpliendo una misión, en una operación encubierta, y me dijo que iban a ver después y que si mentía me iban a matar.
-¿Y qué hicieron al final?
-De Parque Cué fuimos a Gabino Mendoza, unos 30 km. Salimos a las dos de la tarde y llegamos casi a las nueve de la noche, llenos de polvo, porque íbamos en una camioneta Jeep, atados, y solo tenía dos cambios. Comenzó a llamar (el capitán Sisa) y escuché que dijo: "Cayó una avioneta por acá", y le responden que la oculte y aguarde instrucciones.
-¿Y cuándo responden?
-A eso de las 11 de la noche le dijeron que efectivamente no le toque a los pilotos y que era una operación. De ahí nos trató bien, pero nosotros ya estábamos todo golpeados. Después me sentí mal y ya amanecí con una bronconeumonía. Tuve que soportar ese día completo y al día siguiente fui a Mariscal Estigarribia, luego vine a Asunción y me internaron en IPS 8 días.
-¿En Asunción qué pasa?
-Luego, cuando quise hacer mis cosas, cobrar lo que me pertenecía a mí por el trabajo, el general Samaniego me lleva a la casa de (Andrés) Rodríguez y me entrega 5 millones de guaraníes. Yo le dije que no era lo acordado, y me dijo, como era viernes, que era para mi sábado, pero fue lo único que me dio y luego comenzó a desconocerme.
-¿Te persiguieron?
-La persecución vino después cuando se enteraron que yo iba a hacer la denuncia. Cuatro o cinco años me callé. Ya no podía más, me hicieron desaparecer todo, me robaron mi auto, echaron mi casa, me robaron, había gente frente a mi casa, yo vivía frente a la Transchaco, y un tipo me apuntaba siempre. Llegué a perder el miedo, tuve que irme de ahí, pero al final era la misma cosa; entonces, me decidí a ventilar esto.
-Como piloto y tomando las voces oficiales que dicen que seguimos siendo vulnerables al tránsito de cocaína, ¿cuál es tu opinión?
-Y tienen razón, porque no hay control ni equipos de radar instalados. Por la frontera cualquiera puede entrar.
-¿Los volúmenes pueden ser grandes en aeronaves?
-Y la mayoría de estos negocios para traer de Bolivia no se usan aviones grandes, se usan avionetas pequeñas, hasta bimotor chico. Estos aviones tienen unas 6 a 7 horas de autonomía, vuelan hasta una base y de ahí se recargan de combustible.
-¿En Bolivia no hay radar?
-No, no tienen.
-¿Las entregas también se hacen a vuelo rasante y lanzando la mercadería?
-Yo hice eso una vez, tuve que tirar de arriba con otro piloto, Cabello de ángel era su seudónimo. Llegué a Asunción y el otro piloto vio militares por ahí, que era el equipo nuestro, pero él dudó y dijo que no iba a aterrizar, se negó rotundamente. Entonces tuvimos que hacer la pasada, abrir la puerta y tirar 380 kilos, en bolsas negras bien presilladas. Cayó en medio de la pista la mercadería.
-¿Y ahora es factible ver pistas clandestinas?
-Hay cualquier cantidad de pistas. Hay normales que usan las estancias y gente que no tiene nada que ver, pero también están las otras.
-¿Hay pistas improvisadas para bajar donde sea?
-La mayoría de los ganaderos tienen pista, otra gente no. Si ves alguien que tiene un terreno sin ganado y tiene una pista, entonces ya sabés para qué es, y nadie le conoce. Son pistas inaccesibles por tierra.
-¿Es mucho lo que pagan los narcos a los pilotos?
-Y sí, se gana buena plata, porque como piloto podés ganar en 5 horas lo que juntás en 6 meses; esa es la diferencia. Ponele que con un 100 o 200 kilos podés ganar unos 20 mil dólares por transportar. Esa es la plata que yo ganaría en 4 o 5 años de trabajo honesto.
-¿Qué reflexión te deja esto a casi 20 años del caso?
-Y hoy no sé cómo sobreviví con toda la persecución que sufrí. El poder que tiene el narcotráfico es impresionante, no se puede luchar contra ellos. En mi caso, por ejemplo, estaba solo y tuve que ocultarme, correr o ampararme en alguien, porque no tenía defensa contra eso, fui brutalmente perseguido y exiliado.
FRASES
El poder que tiene el narcotráfico es impresionante, no se puede luchar contra ellos. En mi caso estaba solo y tuve que ocultarme.
Ponele que con un 100 o 200 kilos podés ganar unos 20 mil dólares por transportar. Esa es la plata que yo ganaría en 4 o 5 años de trabajo honesto.
Roberto Irrazábal
EL EXPERIMENTADO PILOTO AMADO RECALDE, QUIEN TUVO EL VALOR DE DENUNCIAR EN 1994 AL EX PRESIDENTE ANDRÉS RODRÍGUEZ DE ESTAR INVOLUCRADO EN EL TRÁFICO DE COCAÍNA, HOY REVIVE ESOS DUROS MOMENTOS Y SEÑALA CÓMO EL NARCOTRÁFICO SIGUE SIENDO UNA ESTRUCTURA INTOCABLE.
-¿Cómo fue que te hicieron la propuesta para traer cocaína de Bolivia?
-Yo era piloto de LAN, y ahí fue que vino la gente de la Senad a darme esta propuesta, o sea una orden, porque si yo no aceptaba más o menos me sacaban de LAN y yo estaba en pleno apogeo en mi carrera como piloto, que no quise abandonar nunca, y tuve que aceptar. Acepté porque las condiciones eran óptimas para mí, porque no era narcotráfico, era una "entrega vigilada".
-Pero, ¿a vos te dicen desde el principio qué cargamento ibas a tener... cocaína?
-Lógico. Si iba a Bolivia, no iba a traer otra cosa; tuve que aceptar. Fui entrenado, practicamos varias veces cómo tenía que ser la operación, dos a tres meses después de hablar con las autoridades.
-En ese momento, ¿sabías que el ex presidente Andrés Rodríguez estaba involucrado?
-Sí, su piloto estaba en el grupo de gente que vino a hablar conmigo, el coronel Sanabria, él era su piloto oficial, también estaba el general (Marcial) Samaniego y un grupo de gente de la Senad. También estaban agentes de la DEA.
-¿Cuál era la instrucción?
-Primero fui a Santa Cruz, de allí tuve que ir en otra máquina hasta Santa Ana (Bolivia) y de ahí venir directo hasta la frontera con Paraguay, que son unas 5 a 6 horas de vuelo.
-Allí cargan, entonces. ¿Y cuánto trajiste? ¿400 kg?
-¿De cocaína? Ese fue en el último vuelo, hubo otros de 250 y 380 kilos.
-¿Cuántos viajes hiciste?
-Tres. En el último trajimos también dinero a bordo en el avión. Cuando alzaron el dinero, yo pregunté cuánto era. En la prensa dijeron que se hallaron 210 mil dólares, pero eso entra en mi bolsillo y allí había una bolsa grande. Cuando yo pregunté, me dijeron que era casi un millón y medio (de dólares), todo en billetes de 100 dólares, que yo no sé qué pasó de eso.
-¿Y qué pasó al volver?
-Volviendo con el piloto boliviano, de sobrenombre Chino, le digo que no íbamos a aterrizar en Nueva Asunción, y reaccionó brutalmente, me dijo por qué si el plan de vuelo era ahí. Teníamos poco combustible y le convencí de bajar en esa pista.
-¿Qué pasó después?
-Llegamos a Parque Cué y vimos que habían dos troncos, uno en la cabecera y otro en el medio, y me llamó diciendo que no íbamos a aterrizar, e insistiendo me dijo: "Matate vos, acá no podemos aterrizar". Tuve que agarrar el comando, y fue una locura aterrizar en 300 metros con ese cargamento. Él tenía una pistola en la mano y me advirtió que si le traicionaba me iba a matar, pero no tuvimos tiempo, cuando aterricé ya estaba rodeado por los militares con fusileros a la izquierda y derecha, y no tuvimos tiempo de movernos.
-¿Qué les dijeron?
-Nos bajaron del avión a garrotazos. Estaba el capitán (Ubaldo) Sisa, y cuando quise reaccionar, acabé en el suelo. Nos dejaron en anatómico, boca abajo, mientras ellos revisaban la máquina. Vieron que el avión era boliviano, encontraron la bolsa con dólares y ahí cambiaron de proceder.
-¿Qué hiciste vos?
-En el peor momento, cuando vi que iban a liquidarnos, le dije que no era narcotraficante y que estaba cumpliendo una misión, en una operación encubierta, y me dijo que iban a ver después y que si mentía me iban a matar.
-¿Y qué hicieron al final?
-De Parque Cué fuimos a Gabino Mendoza, unos 30 km. Salimos a las dos de la tarde y llegamos casi a las nueve de la noche, llenos de polvo, porque íbamos en una camioneta Jeep, atados, y solo tenía dos cambios. Comenzó a llamar (el capitán Sisa) y escuché que dijo: "Cayó una avioneta por acá", y le responden que la oculte y aguarde instrucciones.
-¿Y cuándo responden?
-A eso de las 11 de la noche le dijeron que efectivamente no le toque a los pilotos y que era una operación. De ahí nos trató bien, pero nosotros ya estábamos todo golpeados. Después me sentí mal y ya amanecí con una bronconeumonía. Tuve que soportar ese día completo y al día siguiente fui a Mariscal Estigarribia, luego vine a Asunción y me internaron en IPS 8 días.
-¿En Asunción qué pasa?
-Luego, cuando quise hacer mis cosas, cobrar lo que me pertenecía a mí por el trabajo, el general Samaniego me lleva a la casa de (Andrés) Rodríguez y me entrega 5 millones de guaraníes. Yo le dije que no era lo acordado, y me dijo, como era viernes, que era para mi sábado, pero fue lo único que me dio y luego comenzó a desconocerme.
-¿Te persiguieron?
-La persecución vino después cuando se enteraron que yo iba a hacer la denuncia. Cuatro o cinco años me callé. Ya no podía más, me hicieron desaparecer todo, me robaron mi auto, echaron mi casa, me robaron, había gente frente a mi casa, yo vivía frente a la Transchaco, y un tipo me apuntaba siempre. Llegué a perder el miedo, tuve que irme de ahí, pero al final era la misma cosa; entonces, me decidí a ventilar esto.
-Como piloto y tomando las voces oficiales que dicen que seguimos siendo vulnerables al tránsito de cocaína, ¿cuál es tu opinión?
-Y tienen razón, porque no hay control ni equipos de radar instalados. Por la frontera cualquiera puede entrar.
-¿Los volúmenes pueden ser grandes en aeronaves?
-Y la mayoría de estos negocios para traer de Bolivia no se usan aviones grandes, se usan avionetas pequeñas, hasta bimotor chico. Estos aviones tienen unas 6 a 7 horas de autonomía, vuelan hasta una base y de ahí se recargan de combustible.
-¿En Bolivia no hay radar?
-No, no tienen.
-¿Las entregas también se hacen a vuelo rasante y lanzando la mercadería?
-Yo hice eso una vez, tuve que tirar de arriba con otro piloto, Cabello de ángel era su seudónimo. Llegué a Asunción y el otro piloto vio militares por ahí, que era el equipo nuestro, pero él dudó y dijo que no iba a aterrizar, se negó rotundamente. Entonces tuvimos que hacer la pasada, abrir la puerta y tirar 380 kilos, en bolsas negras bien presilladas. Cayó en medio de la pista la mercadería.
-¿Y ahora es factible ver pistas clandestinas?
-Hay cualquier cantidad de pistas. Hay normales que usan las estancias y gente que no tiene nada que ver, pero también están las otras.
-¿Hay pistas improvisadas para bajar donde sea?
-La mayoría de los ganaderos tienen pista, otra gente no. Si ves alguien que tiene un terreno sin ganado y tiene una pista, entonces ya sabés para qué es, y nadie le conoce. Son pistas inaccesibles por tierra.
-¿Es mucho lo que pagan los narcos a los pilotos?
-Y sí, se gana buena plata, porque como piloto podés ganar en 5 horas lo que juntás en 6 meses; esa es la diferencia. Ponele que con un 100 o 200 kilos podés ganar unos 20 mil dólares por transportar. Esa es la plata que yo ganaría en 4 o 5 años de trabajo honesto.
-¿Qué reflexión te deja esto a casi 20 años del caso?
-Y hoy no sé cómo sobreviví con toda la persecución que sufrí. El poder que tiene el narcotráfico es impresionante, no se puede luchar contra ellos. En mi caso, por ejemplo, estaba solo y tuve que ocultarme, correr o ampararme en alguien, porque no tenía defensa contra eso, fui brutalmente perseguido y exiliado.
FRASES
El poder que tiene el narcotráfico es impresionante, no se puede luchar contra ellos. En mi caso estaba solo y tuve que ocultarme.
Ponele que con un 100 o 200 kilos podés ganar unos 20 mil dólares por transportar. Esa es la plata que yo ganaría en 4 o 5 años de trabajo honesto.
Fuente: http://www.ultimahora.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario