sábado, 8 de enero de 2011

EDITORIAL LA NACIÓN - Mejores aeropuertos

El deplorable estado en que se encuentra el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi hace imposible seguir postergando las acciones necesarias para mejorar sustancialmente las terminales aéreas del país. Las mínimas condiciones de confort, de seguridad y operatividad están ausentes en una de las principales puertas de entrada al Paraguay. A pesar del calor inclemente de nuestro verano, el aire acondicionado del aeropuerto sigue sin funcionar, sustituido por escasos ventiladores que hacen circular el aire caliente. A esto se suma además la suciedad y la acumulación de basuras, así como el deterioro de las áreas de espera. En momentos en que la nación se apresta a celebrar el Bicentenario de la Independencia es inadmisible que la primera imagen que tienen los visitantes extranjeros sea la de un edificio viejo, sucio, incómodo y prácticamente abandonado.

La posición geográfica del Paraguay en la región es una ventaja no suficientemente explotada. Nuestro país podría convertirse en poco tiempo en una zona de intenso tráfico aéreo y terrestre, en el centro de una parte del continente que experimenta un crecimiento económico sostenido. Los productores de la región central y sur del Brasil, por ejemplo, podrían llegar con facilidad a los puertos del océano Pacífico –y a los pujantes mercados asiáticos– a través de una red de carreteras que atravesara el Paraguay. En el mismo sentido, el pleno funcionamiento de la hidrovía, con los cursos navegables de la cuenca de los ríos Paraná y Paraguay, significaría el ahorro de una enorme cantidad de recursos, al abaratarse el transporte y la logística de los exportadores de la zona. De igual forma, en virtud de la ubicación y del clima benigno –muy favorable para la aeronavegación–, Paraguay tiene la potencialidad de erigirse en un nudo de conexiones y vuelos.

Está claro que para lograr esto es fundamental una fuerte inversión. Además de pequeños, los aeropuertos no son funcionales. Los equipos que todavía siguen en operaciones son anacrónicos y es patente el atraso tecnológico en materia de seguridad, comunicaciones y controles. Optimizar los aeropuertos y la gestión de la navegación aérea en nuestros cielos es una prioridad para el Paraguay, para ponerse al menos al mismo nivel de los demás países de la región.

Hace algunos meses el presidente de la República elevó al Congreso un proyecto de concesión de los aeropuertos de Asunción, Ciudad del Este y Mariscal Estigarribia al sector privado. La iniciativa goza del amplio respaldo de empresarios, agentes de turismo y analistas y merece un tratamiento rápido y patriótico por parte de los parlamentarios. Lamentablemente, la clase política paraguaya prefiere continuar enfrascada en las luchas sectarias en lugar de dar la debida atención a un plan de tan crucial importancia. En Paraguay es muy común que las cuestiones de Estado del más alto interés de la República sean empleadas como valores de canje en negociaciones por cargos o cuotas de poder. Los legisladores tienen la obligación de darle un tratamiento de urgencia al proyecto referido. Si se establecen las fiscalizaciones que transparenten el proceso y aseguren el respeto al patrimonio nacional, no existe justificación para seguir dilatando la aprobación de este plan.

Ya sea a través de la concesión o incluso de la inversión directa del Estado, lo cierto es que las mejoras en los aeropuertos no pueden esperar.

Fuente: www.lanacion.com.py

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