“Venimos a pasar la Navidad con familiares y amigos”, dice Irma Reiwell, una alemana que vino junto a su marido e hijos que se muestra “muy contenta de estar en Paraguay”. Sonríe amable mientras se retira organizando con órdenes en alemán a tres adolescentes que se apuran por buscar la salida.
En el sector de arribos del aeropuerto Silvio Pettirossi se reitera la imagen de los paraguayos que vienen desde Estados Unidos, Europa y otros países de América Latina buscando pasar las fiestas con sus familias.
La Dirección Nacional de Migraciones estima que 500 personas ingresarán por día durante las últimas semanas del año por el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, lo que significa un 40% más de la cifra habitual de pasajeros, según se explicó.
Por internet
Martín Cardozo cuenta que desde hace 13 años que está en los Estados Unidos y actualmente trabaja en Comercio Internacional. “Venimos a descansar, a pasar un tiempo en familia, siempre es reparador venir un poco”, comentó mientras esperaba reunir a la gente, el equipaje, los familiares, para emprender la retirada. Dice que siempre sigue las noticias del país por la internet.
“Estamos leyendo siempre las cosas on line, vemos que el país intenta salir adelante, pero entendemos que no está muy bien”, dice parco, con un gesto de pronóstico abierto. Entre tanto, sigue el desfile de compatriotas que arriban para las fiestas y no deja de ser emocionante la escena del reencuentro entre gente que por motivos profesionales o económicos dejó el país. Miradas, abrazos, gestos de cariño, lazos invisibles que se vuelven a unir en apenas minutos. “Esta es la fuga de cerebros, hágale una nota a mi cuñado que es ejecutivo en una multinacional, venga, venga”, dice una cuñada que hace de agente de prensa de un hombre que prefiere un humilde anonimato.
“Algo se mueve, para nosotros es importante, ojalá vinieran más aviones, tenemos que hacer para nuestro aguinaldo”, dice Juan Delgado, un cambista que logra el asentimiento de otro vendedor en tanto esperan que algunos de los billetes verdes que traen los viajeros caigan en sus manos antes de la Navidad.
REACCIONES:
“Extraño el calor de Paraguay”
- Mirta Goiriz, VIAJERA
“Pensar que salí con una tormenta de nieve y aquí llegamos al lindo calor paraguayo, que se extraña”, dice Mirta Goiriz que desde hace 22 años vive en los Estados Unidos. “Lo que más se extraña es la Navidad de flor de coco”, dice mientras abraza a su mamá que desborda de alegría. “Es la tercera Navidad a la que vengo en estos 20 años y estoy contenta, fue un viaje largo”, cuenta esta bioquímica que trabaja en el Hospital Granish de Greenwich y en el Northern de Westchester, Nueva York. “Para mí es siempre muy reconfortante venir y ver a la familia, a los amigos, es importante poder hacerlo, tanto para mí, como para que mis hijas vean a los abuelos”, comentó. “Salimos a las 19:00 de ayer y estamos llegando recién por la conexión con San Pablo”, dijo sobre el mediodía. “Vale la pena”, aseguró.
“Navidad quiero pasar con mi gente”
- Rosana Escobar, VIAJERA
“Hace 15 años que estoy en Orlando”, cuenta Rosana Escobar, preocupada porque “no llegaron cuatro de mis maletas, pero en fin, ya se resolverá”. La mujer vino con sus hijos y su marido estadounidense y es recibida por sus padres, reiterando una escena de reencuentro en la zona de arribos. “Para mí es importante venir a pasar la Navidad en familia, que puedan estar con nuestra gente, hablar con los abuelos”, cuenta. Su papá Julio se encarga de enseñarles en lo que puede el guaraní: “Ya están entendiendo más”, se alegra Rosana explicando que los 3 hablan español e inglés y que “ para los chicos es también una experiencia especial, ya que también querían venir a estar un tiempo por aquí. El Paraguay tiene cosas muy lindas que uno siempre extraña, sobre todo la familia”, dijo.
Retorno de migrantes
Madrid. EFE.- La Organización Internacional para las Migraciones ha ayudado a casi mil inmigrantes sin medios económicos a retornar a sus países durante 2009, la mayoría de América Latina y, en especial, de nacionalidad boliviana y argentina. En coincidencia con la crisis, a finales del 2007 y principios del 2008 se produjo “una avalancha” de peticiones para abandonar España y regresar a sus lugares de origen, según el responsable en España de la OIM, Manuel Pombo. De los cerca de 900 inmigrantes que consiguieron retornar a sus países gracias a la asistencia prestada por la Organización para las Migraciones, 258 procedían de Bolivia, 136 de Argentina, 95 de Uruguay, 91 de Chile y 89 Brasil. A más distancia se encuentran los nacionales de Paraguay (48); Honduras (36), Colombia (25) y Ecuador (23).
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